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El desfile militar: un ritual estatal de caracter universal |
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Jun-02-17 - por Rosendo Fraga
Los desfiles militares no son una costumbre
exclusiva de los regimenes de facto, ni de los gobiernos que buscan exaltar el
nacionalismo.
El desfile militar como conmemoración o
celebración de un estado, tiene su inicio en la antigüedad clásica. No sólo
sucedía en Grecia, sino también en los imperios de Asia, como el persa y el
chino. En el Imperio Romano, el desfile de las legiones, tanto tras campañas
victoriosas como en actos conmemorativos, jugaron un rol relevante en la construcción
de la cultura estatal.
Esta costumbre cultural, que también puede ser
denominado rito estatal, se mantuvo en la era cristiana y se transformó un
símbolo en los estados naciones, siendo por lo general la fiesta nacional, la
oportunidad para realizar el desfile militar.
En la Francia del siglo XXI, el desfile militar a
través de los Campos Eliseos el 14 de julio, es un rito estatal permanente, que
se mantiene con las mismas características y que no modificó en ninguno de sus
detalles, ninguno de los gobiernos, ni los socialistas ni los conservadores. En
el Reino Unido sucede otro tanto con la “parada militar” que se realiza el
primer sábado de junio, para celebrar el cumpleaños de la
Reina. En España tiene lugar otro tanto con
el desfile militar del día nacional que es el 12 de octubre, fecha del
descubrimiento América.
Pero es trata de un rito vinculado también a
los valores patrióticos que se realiza también fuera de occidente. Rusia, China
e India, hacen grandes desfiles
militares de decenas de miles de hombres en sus receptivas fechas nacionales,
más allá de sus regimenes políticos con ideologías
diferentes.
En América Latina, es un rito conmemorativo de
la Independencia
desde el siglo XIX. Se destacan los que tiene lugar todos los años, en Santiago
de Chile, Brasilia, Bogotá, Caracas y
México DF. Ninguno de los cambios políticos que tuvieron lugar en las últimas
décadas, alteraron en estos países, los desfiles de los que participan más de
10.000 hombres.
Presidentes que en nuestra región que
estuvieron detenidos y fueron torturados durante gobiernos militares, nunca
dejaron de presidir los desfiles militares. Fue el caso de Rousseff en Brasil o
Mujica en Uruguay. Tampoco faltó nunca Bachelet, que además de haber estado
exilada su padre murió en prisión en severas condiciones.
Los desfiles militares en todo el mundo en las
últimas décadas, suelen incorporar delegaciones de Fuerzas Armadas extranjeras,
sobre todo de países cercanos o aliados, manifestación de los cambios en las
relaciones internacionales que se han dado. Tropas francesas desfilando en
Berlín o alemanas en Paris, hoy son símbolo de la superación de cuatro guerras
libradas en dos siglos.
En el caso argentino, la incorporación de los
veteranos de Malvinas, es un gesto que la población acompaña con simpatía y
reconocimiento, como ha sucedido tanto en 2016 como en 2017.
Cabe señalar que el Presidente argentino
Mauricio Macri, no estuvo presente en los dos desfiles realizados en la Capital del país para
conmemorar el Bicentenario de la Independencia en 2016 y el 207 aniversario de la Revolución de Mayo en
2017.
Es algo que debería revisar, dado que hace a
su función indelegable como Jefe de Estado y que todos los jefes de estado
asumen. Cabe recordar que de acuerdo a la Constitución Nacional,
es el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, conduce las relaciones
exteriores y es el Jefe de la Administración.
Respecto a las críticas al desfile en función
del rol de las Fuerzas Armadas durante el último gobierno militar, no es algo
que se de en ningún país de la región, en la cual la mayoría tuvo gobiernos
militares y conflictos políticos derivados por violaciones a los derechos
humanos, como lo atestiguan los casos mencionados anteriormente.
El mismo Juan Domingo Perón, depuesto por un
golpe militar en 1955, que lo expulsó de
las Fuerzas Armadas privándolo del uso del grado y el uniforme, cuando retorna
al país dieciocho años más tarde y vuelve a ser Presidente, asumió en plenitud todo su rol simbólico y efectivo
como su Comandante en Jefe.
Vistió repetidamente el uniforme de Teniente
General, visitó la Base Naval
de Puerto Belgrano -que había jugado un rol relevante en su derrocamiento- en
el Colegio Militar presidió el acto por el día del Ejército, en su breve
presidencia de nueve meses.
Lo hizo, aunque incluso muchos de los
generales, almirantes y brigadieres que estaban en actividad, como oficiales
subalternos dieciocho años antes, habían tenido un rol activo en su
derrocamiento.
En cuanto al desfile militar del pasado 27 de
mayo, ninguna fuerza política relevante tomó una posición crítica, ni hubo
manifestación social alguna de rechazado durante las horas que duró, así como
tampoco la hubo en el posterior festival de bandas, más allá de la polémica que
tuvo por ámbito las redes sociales. Es que más allá de las polémicas sobre el pasado, la gran mayoría de la población percibe la fiesta patria y el desfile militar, como un momento y un gesto de unidad nacional, antes que una oportunidad de manifestación de los conflictos originados en el pasado. |
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