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Perú, crecimiento económico con incertidumbre política |
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Abr-12-11 - por Milagros López Belsué
El candidato de la izquierda nacionalista, Ollanta Humala (Gana Perú) y la hija del dictador y ex presidente, y congresista, Keiko Fujimori (Fuerza 2011, de derecha), habiendo obtenido respectivamente el 31,7% y el 23,5% de los votos el pasado domingo, se disputarán la presidencia del Perú en la segunda vuelta electoral, el 5 de junio.
Esta vez, los peruanos
no votaron en situación de crisis o excepcionalidad. Perú ha venido
creciendo económicamente en los últimos años gracias a la continuidad
de políticas macroeconómicas, y en 2010 lideró el crecimiento de
América Latina con un 8,3% y contó con una de las tasas de inflación
más bajas de la región (1,7%). De acuerdo al Informe "Doing Business
2011" del Banco Mundial, el país se ubica sólo detrás de México
en la región en cuanto a su facilidad para hacer negocios. A nivel político, el ballotage era previsible ya que ningún candidato obtendría la mitad más uno de los votos -las tres últimas elecciones presidenciales se han definido bajo dicha institución-, pero no estaba claro quiénes enfrentarían a Humala en la segunda vuelta: Keiko Fujimori, el ex presidente Alejandro Toledo, o el empresario y ex Ministro de Economía Pedro Pablo Kuczynski -atrás quedaba el ex alcalde de Lima, Luis Castañeda, que un año atrás lideraba la intención de voto rondando el 30%-. Los resultados sólo pueden comprenderse teniendo en cuenta factores coyunturales y otros de más larga data. En primer lugar, la polarización y la volatilidad del electorado peruano se deben a la falta de partidos políticos sólidos, en momentos en que el tradicional APRA del actual presidente Alan García ni siquiera presentó candidatos. Recordemos que el actual mandatario se encuentra entre los menos populares de la región -rondando el 27% de popularidad-, vinculado ello a casos de corrupción y a que su administración se ha centrado en el crecimiento económico pero no en la distribución de la riqueza. A ello se suma el hecho de que el voto del centro -representado por los tres candidatos que quedaron fuera de la carrera presidencial- estuvo disperso. Ello sin duda ha beneficiado a los polos del espectro político, cuyos votos se concentraron en la clase con menos recursos.
El triunfo de Keiko Fujimori
permite afirmar que muchos peruanos recuerdan positivamente al gobierno
de su padre, Alberto Fujimori (1990-2000), principalmente por sus programas
sociales y el haber terminado con la amenaza que supuso Sendero Luminoso.
Pero si bien el fujimorismo cuenta con un piso del 20%, es rechazado
por el resto de la sociedad, que lo vincula al autoritarismo y la corrupción.
Por su parte, Ollanta
Humala, lejos de aquella imagen radical-antisistema y cercana al chavismo
del 2006 -cuando perdió la segunda vuelta contra el actual mandatario-
se mostró con un discurso y una imagen más moderada, asesorado por
un equipo brasileño enviado por el ex presidente Lula, y en dos meses
ha logrado duplicar su intención de voto. El premio nobel peruano,
Mario Vargas Llosa, lo ha definido como "un Chávez con un lenguaje
ligeramente abrasileñado" y este es el temor de gran parte del electorado.
Estos candidatos juntos
sumaron alrededor del 55% de las preferencias en la primera vuelta,
con lo cual de cara al ballotage deberán moverse hacia el centro para
disputarse el 45% restante. Ninguno de ellos convence y el llamado "voto
del miedo" -ya sea por el devenir de la política o de la economía
dependiendo del candidato- condicionará la segunda vuelta el 5 de junio.
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