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Los 70: la década que siempre vuelve La distancia temporal que puede marcar la diferencia entre historia y periodismo de investigación no es objetiva. En este libro el autor ha sabido combinar ambas capacidades. ![]()
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Entre la campaña y la política exterior |
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Oct-03-07 - por Rosendo Fraga
![]() “Un encuentro con Hilary Clinton -quien hoy parece ganar la primaria demócrata y se impondría sobre cualquiera de los candidatos republicanos- era objetivo central del viaje de Cristina Kirchner, que no fue logrado, aunque se realizó el encuentro de la pareja presidencial argentina con su marido, Bill Clinton” El discurso del presidente criticando a Irán en la ONU, compensando con ello el acercamiento a Chávez en la región, seguirá siendo eje de la política exterior de su señora. Ella dijo públicamente la semana pasada: tenemos distintos amigos que Chávez. No planteó que las diferencias están en la política económica o el autoritarismo, sino en las alianzas internacionales. La reunión del matrimonio Kirchner con el ex presidente Bill Clinton, confirma que un eventual triunfo demócrata a fines de 2008, es la pieza clave en una eventual recomposición de relaciones con los Estados Unidos, para un eventual gobierno de Cristina. Un encuentro con Hilary -quien hoy parece ganar la primaria demócrata y se impondría sobre cualquiera de los candidatos republicanos- era objetivo central del viaje de Cristina, que no fue logrado, aunque se realizó el encuentro con su marido. Lo que confirma el viaje es que un gobierno de Cristina implicará un drástico cambio en el estilo diplomático, respecto a la gestión de su marido, aunque en la política exterior concreta se mantendrían ejes de continuidad. A un mes de la elección, la política exterior tiene significación, lo que normalmente no ha sucedido en la Argentina. El conflicto de las papeleras, está en el centro de la escena, cuando el gobierno esperaba que la postergación del inicio del trabajo de Botnia fuera a evitar tensiones en las semanas previas a la elección. La afirmación del gobierno argentino de que el tema será resuelto recién en La Haya, ha dejado sin espacio a la gestión del Rey de España que se iba a materializar en noviembre en Santiago de Chile, mientras que la aceptación de que no se relocalizará la planta de la empresa finlandesa, ha llevado a los asambleístas a aumentar sus protestas y a cuestionar duramente a Kirchner. La cuestión Malvinas vuelve también al centro de la escena, por la decisión del Reino Unido de extender la plataforma submarina entorno a las islas. Esta semana podría tener lugar un pronunciamiento de la cámara de diputados condenando la iniciativa. Respecto al Club de Paris, se avanza en las negociaciones, buscando alternativas para que Argentina acepte la intervención del FMI. Respecto a la elección, el sistema electoral es el principal reaseguro del oficialismo para ganar en primera vuelta. Si Argentina tuviera el balotaje francés, en el cual es necesario el 50% para ganar en la primera vuelta -como lo tienen en la región Brasil, Chile, Perú, Colombia, Uruguay y Venezuela entre otros- hoy sería incierto si el oficialismo gana en ella. Pero con este sistema de porcentajes, que Argentina comparte con Ecuador y Nicaragua, si el primero llega al 40% y tiene 10 puntos de ventaja sobre el segundo ya gana en la primera vuelta y es muy probable que el oficialismo alcance o supere dicho porcentaje. Con el sistema francés, el escenario probable seria la segunda vuelta, pero con el vigente, es que no la haya. El voto por el oficialismo viene sufriendo cierta disminución desde marzo, pero no la suficiente como para poder caer por debajo del 40% de los votos el próximo 28 de octubre. Ello se combina con la oposición más dividida que registra la historia argentina. Nunca sucedió que a menos de un mes de las elecciones presidenciales, ningún candidato opositor supere el 20% de los votos. Solo si alguno de ellos alcanza 30%, puede poner en cierto riesgo el triunfo oficialista, ya que es necesario llegar al 45% para ganar en la primera vuelta por sólo un voto de diferencia. El segundo lugar esta claramente en disputa entre Lavagna y Carrió. Aunque por lo general los sondeos muestran cierta ventaja de la segunda, el primer lugar en la oposición es una cuestión abierta, aunque de resultado más bien simbólico, dada la baja probabilidad e la segunda vuelta. Detrás de ellos, Alberto Rodríguez Saá parece imponerse en la pugna por el cuarto lugar sobre López Murphy y Sobisch. Por último, la ventaja en la decisiva provincia de Buenos Aires, termina siendo el reaseguro para que el oficialismo no caiga por debajo del 40% de los votos. Este distrito es el 40% de los votos efectivos del país y su municipio más poblado en el conurbano (La Matanza), equivale a las seis provincias más chicas sumadas (Tierra del Fuego, Santa Cruz, La Pampa, San Luis, La Rioja y Catamarca). Históricamente, las estructuras del peronismo han tenido en este distrito un porcentaje mayor al promedio nacional y puede volver a ser así. Un buen candidato a Gobernador (Scioli) y multiplicidad de listas apoyando la candidatura de Cristina, se combinan para que el resultado del oficialismo en esta provincia pueda acercarse al 50%. La oposición también esta dividida y el segundo lugar a gran distancia, parece obtenerlo la fórmula Narváez-Macri. |
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