Oct-27-15 - por Rosendo Fraga
La segunda vuelta es una gran oportunidad para Macri, que
quedó segundo por dos puntos pero en una posición ganadora. Es algo similar a
lo que sucedió en 2003, cuando Menem ganó la primera vuelta con 2 puntos de
ventaja sobre Kirchner, pero con un efecto derrota que lo llevó a renunciar a
competir en la segunda vuelta. Scioli competirá ahora desde una posición en la
cual la expectativa ganadora ha pasado a Macri, que surge como el gran ganador,
aunque haya quedado levemente por debajo del candidato del FPV. La diferencia
entre Scioli y Macri, que fue de los 8,6 puntos en las PASO, ahora se ha
reducido a sólo 2,5. Massa por su parte resistió la polarización e incluso sumó
cerca de un punto sobre su resultado de las PASO, obteniendo 21,34%. La suma
del voto de las tres vertientes del peronismo (Scioli, Massa y Rodríguez Saa)
suma casi el 60% de los votos, como sucedió en las PASO y también en las tres
elecciones presidenciales precedentes. Scioli con 36,8 y Macri con 34,3 deja a
los dos candidatos a 13,2 y 15,7 puntos respectivamente del 50% necesario para
ganar en segunda vuelta. Pero el "efecto ganador" está del lado de Macri, al
haber obtenido un resultado muy superior al esperado e incluso muy por encima al
que la misma noche de la elección anticipaban sus propias bocas de urna. De las
37 elecciones presidenciales con segunda vuelta que se han realizado en América
del Sur (sólo en Paraguay y Venezuela no rige este sistema), en 24 hubo segunda
vuelta y sólo en 4 casos ganó quien había quedado segundo. Argentina, ahora,
puede ser el quinto.
Massa ha obtenido el 21,34% de los votos y esto hace a sus
votantes la clave para definir la segunda vuelta. Para ganar en ella, Scioli o
Macri necesitan obtener algo más de la mitad de estos votos. No es algo
demasiado difícil para Macri hoy, pese al origen peronista de esta fuerza
política. Si bien los votos son independientes de los candidatos, el rol de
Massa puede ser decisivo para volcar una parte de sus votantes. El candidato
del Frente Renovador considera su resultado como un paso en la construcción de
un candidato presidencial, dados sus 43 años: ha logrado mantener intacto el
caudal que obtuvo en las PASO, resistió la polarización y obtuvo cerca de un
punto más. La cuestión es si será el anti-peronismo o el anti-kirchnerismo lo
que defina la segunda vuelta. Si la propuesta de Macri asume un perfil
anti-kirchnerista, tiene más posibilidades de captar los votos de Massa. Si en
cambio deriva en una propuesta anti-peronista, puede darle a Scioli la posibilidad
de captarlos. El candidato del Frente Renovador, en su discurso la noche de la
elección, dijo que iba a convocar a sus dirigentes para definir una estrategia
en la segunda vuelta y dio algunas señales hacia Macri. En cuanto a los votos
de Rodríguez Saa, si bien Macri intentará aceptarlos, Scioli buscará negociar
con él. El voto de la izquierda seguirá seguramente la convocatoria de su
candidato (Del Caño) a votar en blanco. El voto de Stolbizer puede dividirse,
aunque ideológicamente podría estar más cerca de Cambiemos por su origen
radical.
Pero ha sido la ola de cambio que se registró en la provincia
de Buenos Aires lo que generó el triunfo relativo de Macri en el ámbito
nacional. La mala imagen en la opinión pública de Aníbal Fernández, el
candidato a gobernador del FPV, fue la causa de dicha ola bonaerense que por
sus efectos se nacionalizó. Para la presidencial, Scioli obtuvo en este
distrito -que es el 38% del padrón electoral nacional- un 37,13%, frente al
32,92% de Macri. Pero para gobernador sucedió exactamente a la inversa, ya que
la candidata de Cambiemos (Vidal) se impuso por 39,49 % a 35,18% sobre el Jefe
de Gabinete y candidato a Gobernador del FPV. En la mayoría de los partidos de
la provincia ganó Cambiemos y también lo hizo en otros importantes del
conurbano, donde el Peronismo viene gobernando desde hace décadas. Como sucedió
a nivel nacional, el candidato a gobernador del Frente Renovador (Solá), logró
resistir la polarización y repitió casi exactamente el resultado de las PASO.
En cuanto a las otras diez provincias que eligieron gobernador, un radical
apoyado por Macri y Massa ganó en Jujuy, donde el Peronismo venía gobernando
desde 1983, y un peronista disidente lo hizo en Chubut. Pero en Santa Cruz, la
cuñada de la Presidente,
Alicia Kirchner, fue electa gobernadora y su hijo Máximo diputado nacional.
Candidatos del FPV ganaron también en Entre Ríos, Formosa, Chaco, Misiones,
Catamarca y San Juan. Sumados los once gobernadores elegidos en los comicios
adelantados, el FPV queda con aproximadamente la mitad de las gobernaciones.
Pero los cinco distritos más grandes que reúnen el 70% de la población (Buenos
Aires, Córdoba, Ciudad de Buenos Aires, Santa Fe y Mendoza) han quedado en
manos de fuerzas opositoras al Kirchnerismo.
En cuanto al Congreso, el oficialismo nacional mantiene la mayoría
en el Senado pero la pierde en Diputados,
mientras que en el Parlasur el FPV quedó como la primera fuerza. Como era
previsible, el FPV mantuvo su mayoría en el Senado al haberse renovado el
tercio de la Cámara Alta
elegido en 2009, cuando el oficialismo perdió la elección legislativa: tendrá
44 senadores sobre 72, a
solo 4 bancas de los dos tercios. En Diputados, donde en cambio se renueva la
mitad de la Cámara
electa en 2011, cuando el Kirchnerismo tuvo una clara victoria, ahora ha
perdido la mayoría. Una coalición de Cambiemos y el Frente Renovador podría
sumar 121 bancas y arrebatarle así al FPV el control de la Cámara. En cuanto a los 43 legisladores
del Parlasur, el FPV quedó como primera fuerza, Cambiemos como segunda y el
Frente Renovador como tercera, en relación con el resultado nacional. Los
efectos políticos de esta elección se podrán medir en el Senado el miércoles de
esta semana. Es que ese día la Cámara Alta
dará sanción definitiva al presupuesto para 2016, la emergencia económica, la
prórroga del impuesto al cheque y la creación del ente autónomo para el
desarrollo del deporte y el manejo de sus subsidios, si es que el resultado de
la primera vuelta no ha alterado el control de la Presidenta sobre su
bloque. Asimismo, la elección de las autoridades de la Cámara de Diputados en la
primera semana de diciembre pondrá en evidencia si la actual oposición es capaz
de generar una coalición con capacidad de gobernar en caso de ganar Macri.
En conclusión: que haya segunda vuelta es un triunfo de Macri, aunque ello no implica que Scioli no vaya a competir en la segunda vuelta, como sucedió con Menem en 2003; los votantes de Massa serán el gran campo de batalla para definirla: si Macri privilegia el anti-kirchnerismo antes que su origen peronista, quedarán más cerca suyo; el triunfo de Vidal en la provincia de Buenos Aires generó una ola bonaerense que derivó en un cambio electoral nacional que favoreció a Macri; por último, y como era previsible, el FPV mantuvo la mayoría en el Senado y la perdió en Diputados: podrá medirse cuán afectado queda el liderazgo de Cristina esta semana en
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